Los niños de hoy crecen en un mundo digital en rápida evolución, donde los medios digitales desempeñan un papel importante en su vida diaria. Los servicios digitales ofrecen oportunidades de aprendizaje, entretenimiento, acceso a información, descubrimiento de cosas nuevas y conexión con otros compañeros y miembros de la comunidad. Sin embargo, también presentan riesgos, como el uso problemático o excesivo de los medios digitales, la exposición a contenido inapropiado, conductas dañinas y otros problemas de seguridad en línea.
El informe «¿Cómo es la vida de los niños en la era digital?» ofrece un panorama general del estado actual de la vida de los niños en el entorno digital en los países de la OCDE, basándose en los datos transnacionales más recientes. Explora los desafíos para garantizar que los niños estén protegidos y empoderados para usar los medios digitales de forma beneficiosa, gestionando al mismo tiempo los posibles riesgos. El informe destaca la necesidad de un enfoque político multisectorial que abarque a toda la sociedad y que involucre a proveedores de servicios digitales, profesionales de la salud, educadores, expertos, padres y niños para proteger, empoderar y apoyar a los niños, a la vez que aborda las vulnerabilidades fuera de línea, con el objetivo final de mejorar su bienestar y sus futuros resultados. Además, insta a fortalecer las capacidades de los países para evaluar el impacto de los medios digitales en la vida de los niños y monitorear la rápida evolución de los desafíos.
Resumen ejecutivo
Los niños de hoy crecen en una era de rápida digitalización, lo que impacta significativamente su desarrollo y vida diaria. Se familiarizan con los medios digitales a una edad bastante temprana: alrededor de los 10 años, el 93 % tenía conexión a internet en 2021, según datos de las Encuestas Internacionales de Progreso en Competencia Lectora , en comparación con el 85 % una década antes; y, de media, aproximadamente el 70 % de los niños de 10 años ya posee un teléfono inteligente.
Entre los niños mayores, el uso de dispositivos digitales está aún más extendido. En 2022, el acceso a dispositivos digitales era casi universal. Según datos de PISA 2022, un promedio del 96 % de los jóvenes de 15 años en los países de la OCDE tenía acceso a una computadora de escritorio, portátil o tableta en casa, mientras que el 98 % tenía un teléfono inteligente con conexión a internet. Además, en casi todos los países, al menos el 50 % de los jóvenes de 15 años pasaba 30 horas o más a la semana en dispositivos digitales, con una minoría notable —que va desde el 10 % en Japón hasta el 43 % en Letonia— declarando pasar 60 horas o más en línea.
Este informe examina tanto las oportunidades como los riesgos asociados a la creciente participación de los niños en el mundo digital, ofreciendo un panorama transnacional de sus experiencias digitales en los países de la OCDE. Explora estrategias para mejorar el bienestar infantil, garantizando su protección y empoderamiento para usar los medios digitales de forma positiva, a la vez que gestionan los posibles riesgos. El informe aboga por enfoques holísticos, basados en derechos y multisectoriales para apoyar el bienestar infantil tanto en línea como fuera de ella. Además, enfatiza la necesidad de mejorar la recopilación de datos y la capacidad de monitoreo para comprender mejor y mitigar los riesgos.
Aprovechar oportunidades, mitigar riesgos: Los crecientes desafíos de la era digital para los niños
Los dispositivos digitales ofrecen a los niños valiosas oportunidades de aprendizaje, creatividad y conexión social, pero también suscitan preocupación por sus posibles efectos negativos en su bienestar. Los riesgos incluyen la reducción de las interacciones presenciales, la exposición a contenidos y comportamientos nocivos, el abuso en línea y el impacto negativo en el sueño, la actividad física y la salud física y mental en general. Sin embargo, no todas las interacciones con medios digitales presentan los mismos riesgos y, debido a la escasez de datos, la mayor parte de la investigación existente sigue siendo correlacional en lugar de causal. En general, muchos adolescentes experimentan efectos neutros o positivos, pero una minoría vulnerable se enfrenta a un uso problemático de los medios digitales, que se asocia con consecuencias negativas para el bienestar. Estos hallazgos están respaldados por testimonios de primera mano de profesionales del sector, como docentes, médicos y trabajadores sociales.
El uso problemático de los medios digitales ocurre cuando los niños tienen dificultades para administrar su tiempo en línea, sintiéndose obligados a continuar incluso cuando interrumpe las responsabilidades diarias o el bienestar. En algunos casos, esto puede llevar al uso excesivo o comportamientos similares a la adicción. Las investigaciones sugieren que dicho uso aumenta el riesgo de depresión, ansiedad, soledad, dificultades académicas, preocupaciones sobre la imagen corporal y falta de sueño, siendo las niñas a menudo las más afectadas. Además, ciertos factores aumentan el riesgo de daño en el entorno digital, incluida la intensificación de la comparación social, la exposición a imágenes idealizadas y el ciberacoso. El capítulo 4 de este informe explora la relación entre el uso de los medios digitales y el bienestar infantil, distinguiendo los hallazgos según el tipo de actividad digital (p. ej., redes sociales, videojuegos), las características de diseño de la tecnología y el papel de la participación pasiva frente a la activa, así como las interacciones con los padres, compañeros u otros adultos. También examina la influencia de los factores contextuales relacionados con la vida personal y el entorno familiar de los niños.
Diversos factores personales y ambientales del mundo no digital pueden hacer que los niños sean más vulnerables al uso problemático de los medios digitales. Estos incluyen el bajo interés en la actividad física, problemas de comportamiento, vínculos sociales débiles, adversidades familiares (p. ej., maltrato, conflictos parentales, crianza deficiente) y un bajo bienestar psicológico. Además, el uso problemático de los medios digitales y el bienestar pueden influirse mutuamente, agravando vulnerabilidades preexistentes. Una conclusión clave de este informe es la necesidad de comprender mejor cómo los factores fuera de línea contribuyen o protegen contra el uso problemático de los medios digitales y su impacto en el bienestar, mediante datos y análisis adicionales.
Las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial (IA) y la realidad virtual (RV), presentan tanto oportunidades como desafíos para el bienestar infantil. La IA puede mejorar el aprendizaje, optimizar el análisis de datos médicos y ampliar el acceso al conocimiento, pero también conlleva riesgos como el sesgo, la erosión de la privacidad, el fraude y la exposición a contenido dañino. De igual manera, la RV ofrece beneficios en la educación, el manejo del dolor y la psiquiatría infantil, pero también presenta riesgos, como el mareo por movimiento, la fatiga visual y la posibilidad de difuminar la línea entre la realidad y las experiencias virtuales para los niños pequeños, lo que puede afectar su desarrollo cognitivo. Para reducir estos riesgos, es fundamental implementar un diseño tecnológico seguro, establecer límites de tiempo y descansos, y garantizar la supervisión de un adulto.
Se necesita un enfoque que abarque a toda la sociedad para abordar los desafíos que enfrentan los niños en la era digital.
Los países de la OCDE están desarrollando políticas para proteger a la infancia en línea, impulsar la educación digital y mitigar riesgos como el ciberacoso, la desinformación y las preocupaciones sobre la privacidad de datos. Para mejorar su eficacia, es esencial un enfoque integral que abarque a toda la sociedad y a todo el gobierno: un enfoque que aproveche la diversidad de conocimientos, alinee las políticas con las necesidades y expectativas de la infancia y garantice esfuerzos coordinados entre las principales partes interesadas, como gobiernos, proveedores de servicios, educadores y familias. El capítulo 5 de este informe examina los desafíos asociados con cuatro pilares clave de este enfoque holístico de políticas:
- Establecer marcos regulatorios efectivos y fomentar el desarrollo de tecnologías y servicios que prioricen la seguridad infantil.
- Mejorar la alfabetización y las habilidades digitales de los niños, y que las escuelas y los docentes desempeñen un papel crucial en su empoderamiento.
- Brindar orientación a padres y cuidadores para ayudarlos a comprender los beneficios y riesgos de la interacción digital de los niños.
- Incorporar las perspectivas y experiencias de los niños en el diseño de políticas para garantizar que sus necesidades se comprendan con precisión y que las medidas de apoyo se implementen de manera efectiva.
Se necesita una base de evidencia más sólida sobre las actividades digitales de los niños y su impacto en el bienestar para orientar las decisiones políticas.
Ampliar la base de evidencia sobre las actividades digitales de los niños y su impacto en el bienestar es esencial para orientar acciones eficaces y garantizar que las políticas se adapten a la evolución de los cambios tecnológicos, las prácticas digitales y las preocupaciones relacionadas con el bienestar. Para ello, es crucial intensificar los esfuerzos para recopilar datos sobre el tiempo frente a la pantalla, las actividades digitales y su contenido. También es importante evaluar el impacto de la exposición y el uso de pantallas en niños de todas las edades y realizar estudios longitudinales para comprender mejor los determinantes de los comportamientos digitales y sus efectos en el bienestar infantil. Incorporar la experiencia de profesionales de la salud y la educación, junto con las perspectivas de los padres, es vital para comprender el impacto de las prácticas digitales en el bienestar de los niños vulnerables. Este enfoque ayudará a prevenir mejor los daños y a desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces.
Informe completo: ¿Cómo es la vida de los niños en la era digital?
Fuente: oecd.org
