Por Rodolfo Beltrán
Director, EARTHDAY.ORG
Sudamérica
A medida que la región de América Latina y el Caribe (ALC) enfrenta desafíos climáticos cada vez más intensos, es imperativo priorizar la educación climática como una estrategia fundamental para el desarrollo sostenible y la resiliencia ambiental.
Uno de los sectores más vulnerables de la región son los recursos hídricos, sometidos a una creciente presión por el aumento de las temperaturas, los cambios en los patrones de precipitación, el retroceso glaciar y la mayor frecuencia de sequías e inundaciones.
Para gestionar eficazmente estos recursos y cumplir con los objetivos climáticos, la educación climática robusta debe ocupar un lugar central en los marcos de políticas públicas. Por ello, la próxima Cumbre de Ministros de Medio Ambiente de ALC 2025 en Lima, Perú, debe elevar la educación climática como un eje central en su Agenda Común, y su inclusión en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) que se presentarán en la COP30 en Belém es esencial.
Educación Climática y Gestión de los Recursos Hídricos
El agua es a la vez víctima y vector del cambio climático. Es a través de los cambios en el ciclo hidrológico que los impactos climáticos se sienten de forma más inmediata en las comunidades: disminución de la disponibilidad de agua, riesgos de contaminación y fenómenos meteorológicos extremos.
La gestión efectiva de los recursos hídricos requiere que tomadores de decisiones, autoridades locales, agricultores, ingenieros y comunidades comprendan la ciencia de la variabilidad climática y las implicancias socioeconómicas de la escasez de agua.
La educación climática empodera a todos los actores gubernamentales y privados con el conocimiento y las herramientas necesarias para:
- Interpretar datos y proyecciones climáticas, fundamentales para el diseño de políticas hídricas e infraestructura.
- Adoptar prácticas adaptativas como el riego eficiente, la restauración de cuencas y la recolección de agua de lluvia.
- Fortalecer la resiliencia comunitaria mediante la concientización sobre la conservación del agua y la preparación ante desastres.
- Incorporar los conocimientos indígenas y locales en los marcos de gobernanza del agua, promoviendo prácticas culturalmente pertinentes y ecológicamente sostenibles.
Sin una comprensión generalizada de estas dinámicas, incluso las políticas hídricas técnicamente más sólidas pueden fracasar por falta de apoyo público, implementación inadecuada o resistencia al cambio.
La Educación Climática como Pilar de la Acción Climática
El Acuerdo de París reconoce a la educación como un motor clave de la acción climática (Artículo 12); sin embargo, muchas NDCs aún carecen de compromisos específicos en este ámbito. Integrar la educación climática en las NDCs se alinea con los principios de transición justa, equidad y justicia intergeneracional.
En una región como ALC, marcada por desigualdades socioeconómicas, participación juvenil y vulnerabilidad ambiental, la educación climática no debe ser periférica, sino central.
Incorporar la educación climática en las NDCs permitirá:
- Fortalecer la capacidad institucional y aumentar la visibilidad para financiamiento multilateral, permitiendo a los gobiernos diseñar e implementar mejor sus estrategias climáticas.
- Fomentar cambios de comportamiento, promoviendo prácticas sostenibles en el uso del agua y la tierra.
- Impulsar la cooperación regional, mediante el intercambio de planes de estudio, programas de formación y mejores prácticas.
- Empoderar a jóvenes y grupos marginados, permitiéndoles participar y liderar soluciones climáticas.
Una Agenda Común Estratégica para la Cumbre de Ministros de Medio Ambiente ALC 2025
https://www.unep.org/events/conference/ministerial-water-summit-latin-america-and-caribbean
La iniciativa de la Cumbre de Ministros de Medio Ambiente de ALC 2025 para establecer una Agenda Común merece un firme reconocimiento. Representa una oportunidad crucial para integrar la educación climática en los diálogos políticos regionales. Los ministros deben reconocer que la educación climática —junto con otros temas clave abordados bajo «Intervenciones Multisectoriales en Recursos Hídricos para el Desarrollo Comunitario»— no es simplemente un esfuerzo complementario; es una palanca estratégica para garantizar la seguridad hídrica y cumplir los compromisos climáticos.
Igualmente vitales son las contribuciones del sector privado para mejorar la gestión de los recursos hídricos. Su participación activa e innovación son esenciales para impulsar soluciones sostenibles y escalar el impacto en toda la región.
- Adoptar un marco regional para la educación climática e hídrica, alineado con las directrices de la UNESCO, el PNUMA, el BID y el Banco Mundial.
- Promover alianzas multisectoriales entre los ministerios de educación, medio ambiente, agua y finanzas.
- Establecer mecanismos de monitoreo para evaluar la integración de la educación en las políticas de agua y cambio climático.
Conclusión
El camino hacia la COP30 en Belém debe construirse con compromisos ambiciosos, inclusivos y ejecutables. La educación climática, especialmente en relación con la gestión de recursos hídricos, es esencial para alcanzar los objetivos climáticos de la región ALC.
Al integrar la educación climática —y otras temáticas relacionadas— en los resultados de la Cumbre de Ministros de Medio Ambiente de ALC 2025 e incluirla en las NDCs actualizadas, los gobiernos pueden construir una sociedad más resiliente, informada y adaptable, capaz de afrontar los complejos desafíos del cambio climático con confianza y equidad.