Los programas de aprendizaje socioemocional pueden mejorar el rendimiento académico de los estudiantes, pero un análisis reciente descubrió que la duración del programa influye en cuánto.
Investigadores de la Facultad de Medicina de Yale analizaron 40 estudios sobre programas de aprendizaje socioemocional (SEL, por sus siglas en inglés) que incluían datos de más de 33.700 estudiantes de primero a duodécimo grado. Descubrieron que los estudiantes que participaron en programas SEL mostraron una mejora en su rendimiento académico, independientemente de su grado escolar o de si su rendimiento se medía con el promedio de calificaciones (GPA) o con los resultados de pruebas estandarizadas.
El informe se basa en un análisis de Yale de 2023 sobre la investigación del aprendizaje socioemocional, que profundizó en más de 400 estudios sobre la eficacia del aprendizaje socioemocional. Christina Cipriano, profesora asociada del Centro de Estudios Infantiles de Yale,
“Cuando publicamos el metaanálisis inicial en 2023, nos hacían muchas preguntas sobre los beneficios del aprendizaje socioemocional en el rendimiento académico”, dice Cipriano, “y realmente queríamos profundizar y comprender qué dicen los datos específicamente sobre los resultados de rendimiento académico que se pueden esperar de los programas de aprendizaje socioemocional”.
Cipriano afirma que, según las investigaciones que ella y sus colegas revisaron, el rendimiento académico de los estudiantes aumentó un promedio de 4 puntos porcentuales si participaban en un programa de aprendizaje socioemocional (SEL). El rendimiento académico mejoró 8 puntos porcentuales con programas SEL que abarcaban todo el año académico.
Al analizar los datos por asignatura, el rendimiento en lectura y escritura aumentó aproximadamente 6,3 puntos porcentuales y el rendimiento en matemáticas aumentó 3,8 puntos porcentuales.
“Mi lado intelectual piensa que, desde un punto de vista del desarrollo, tiene sentido, porque la cognición y las emociones están intrínsecamente ligadas en el cerebro”, explica Cipriano. “Si un alumno de tercer grado está en un aula, puede estar aprendiendo el mejor programa de matemáticas posible con el mejor profesor posible. Pero si ese alumno se siente ansioso, avergonzado, frustrado o nervioso, no está en condiciones de aprender. No puede aprovechar al máximo ese programa”.
Según ella, el aprendizaje socioemocional enseña las habilidades y estrategias que los estudiantes necesitan para identificar y gestionar sus emociones, lo que les permite tomar mejores decisiones y les coloca en un buen estado mental para aprender.
“Cómo respirar hondo o calmar los nervios, todas las diferentes técnicas de diálogo interno positivo: eso es lo que aprenden en la instrucción explícita en aprendizaje socioemocional”, dice Cipriano. “Eso los convierte en mejores aprendices, y por eso nos entusiasmó tanto este estudio y estos análisis. Se demuestra en diversas dimensiones a lo largo de todo el conjunto de evaluaciones experimentales disponibles sobre el aprendizaje socioemocional”.
Los datos forman parte de un informe más amplio de los investigadores sobre el “estado de la evidencia” acerca de la efectividad del aprendizaje socioemocional, que incluyó investigaciones realizadas entre 2008 y 2020. En aquel momento, solo alrededor del 17 por ciento de esas investigaciones incluían datos sobre el rendimiento académico, y Cipriano afirma que ella y sus colegas están satisfechos de que la comunidad investigadora haya respondido a su petición de incluir más datos sobre resultados académicos en los años posteriores.
Cipriano afirma que los investigadores están entusiasmados por publicar en unas semanas un análisis adicional sobre el aprendizaje socioemocional (SEL, por sus siglas en inglés) que incluirá datos hasta 2023, lo que permitirá a los lectores observar cómo los programas SEL influyeron en el rendimiento académico durante los años más críticos de la pandemia de COVID-19. Tienen previsto actualizar los datos y el análisis cada seis meses. El análisis actual abarca el período de 2008 a 2020.
Según ella, este nuevo conjunto de datos será importante porque los estudiantes perdieron la oportunidad de desarrollar de forma natural sus habilidades socioemocionales durante la cuarentena. Actividades cotidianas como hablar con amigos en el pasillo de la escuela o tener desacuerdos con ellos ayudan a los estudiantes a desarrollar dichas habilidades.
“Las relaciones e interacciones básicas ya no eran accidentales y no podían dejarse al azar”, dice Cipriano, “por lo que se necesitaban estructuras explícitas y luego instrucción para llegar a los estudiantes donde se encuentran y asegurar que todos los estudiantes tengan la oportunidad de tener esas formas saludables de desarrollo y participación”.
Fuente: Nadia Tamez-Robledo / edsurge.com

